martes, 12 de febrero de 2008

Yo no fui a la mili

La mili era un periodo de formación militar obligatorio en España para los niños y prohibido para las niñas. Esto se terminó cuando alguien se debió dar cuenta de que no había suficientes guerras por atender y, claro, ante la bajada de la demanda, se tuvo que reducir el personal. Más o menos lo mismo que les pasa ahora en General Motors. Lo que tenía de bueno es que el año y pico que duraba daba de sí como para contar anécdotas hasta la tercera generación. Después se popularizó el vídeo familiar (bodas y bautizos) como sustituto del rollo mili y le llegó la decadencia final. Como yo no fui a la mili por "inútil" (que así se llamaba a los que no eramos prefectos) no puedo contaros nada. Bueno, casi nada. De hecho sólo tengo una anécdota y me ocurrió cuando me "llamaron a filas". Y SI, LA VOY A CONTAR! En la "Caja de Reclutas" nos mandaron a pasar una exhaustiva (pffffff... risa contenida) revisión médica previa a los que alegamos alguna imperfección. El organismo encargado: "Junta de Clasificación y Revisión de la Caja de Reclutas". Lo mío fueron los socorridos pies planos ya que, desgraciadamente, no tenia una tara más aparente por alegar. Otros más afortunados podían ir con su ostentosa silla de ruedas para que el médico competente les firmase el papel de "Excluido total" (pronunciado: "Inútil total") sin pestañear ni comprobar si la silla era suya o tomada de prestado del abuelo. Llegado mi turno, me pusieron en una fila de tarados leves (desviaciones de columna, piernas separadas tipo vaquero del oeste, algún dedo que se perdió aserrando madera, ...). "Pues nada, usted está perfectamente para el servicio militar. Ya puede ponerse los zapatos". Ostis, ostis, ostis! Ya me veía desfilando en el Paseo de la Castellana o haciendo practicas de tiro en Soria en pleno invierno. Me quedé tan afectado que no me dio tiempo a retirarme de la habitación cuando entró otra tanda de pretendientes a tarado. Bueno, no sé si realmente no me dio tiempo o es que mi subconsciente improvisó una estrategia militar anticipándose a lo que me esperaba. Me puse la chaqueta al revés (maniobra de camuflaje) y me quedé allí mismo. En un plis, el mismo médico de antes me dice: "Bueno, le haremos el pase para la revisión en el Hospital Militar, pero con lo poco que tiene, seguro que va a ser dado como apto". Y no acertó! Me diagnosticaron el "defecto físico comprendido en el núm 14 letra G grupo 1 del cuadro de utilidades vigente" (pronunciado: "pies planos"). Pues ya está. No tengo más historias de la mili, o sea que tranquilos. NOTA: Esta historia podría ser que me la hubiese inventado (no vaya a ser que la lea el médico en cuestión y rectifique el diagnóstico).

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