Visto de forma racional, los niños no pasan de ser un engorro durante casi toda su infancia. Por suerte (para ellos) nuestra parte racional sólo ocupa el 5% del cerebro. El resto adora a los niños y por eso se salvan.
Por esta misma razón, nuestra vida está dirigida por el 95% de cerebro que no controlamos, aunque a nosotros nos guste pensar lo contrario.
Y si tú crees que no te gusta este blog, ten presente que al resto de tu cerebro le encanta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario